13 de noviembre de 2021

UN EMPLEADO EJEMPLAR

Anti-sinopsis

Género: Thriller de supermercado, existencialismo, ultraviolencia, lucha contra el consumo, clase trabajadora.

Un joven español recién llegado de Alemania, Macario Amador, consigue un contrato en las oficinas de Hermosilla (Madrid) para trabajar como reponedor en el Corte Inglés de Castellana. En seguida, Macario Amador entabla buenas relaciones con sus compañeros de trabajo, puesto que se trata de un empleado incansable, siempre dispuesto a echar una mano a sus colegas en caso de que estos lo requieran. Cuando vuelve a casa, tras una dura jornada en el supermercado, acostumbra a pasar todo el tiempo leyendo las obras del Marqués de Sade. Un día, al pasar junto a la sala de los televisores, unas voces  de ultratumba le persuaden para que mate a las viejas ricachonas y decrépitas que saquean los lineales del supermercado. Sin dar crédito a lo que oye, pensando que quizás se trate de una alucinación desencadenada por la incesante lectura del Marqués, decide olvidar el asunto. Sin embargo, a la mañana siguiente, las mismas voces vuelven a irrumpir en su cabeza, con la diferencia de que en esta ocasión no tratan de persuadirle si no que le increpan con rudeza que no las haya suprimido de una puta vez. A partir de entonces, las viejas del barrio de salamanca comienzan a desaparecer en misteriosas circunstancias. Las pérdidas vertiginosas en ventas del supermercado ocasionadas por tan insólita situación, terminan por captar la atención de la prensa amarilla. Unas semanas después de estos extraños incidentes, el inspector Eximio Niebla, un detective frustrado que lleva años investigando casos de infidelidad matrimonial, se siente sumamente intrigado por el caso, por lo que, con el afán de lavar su reputación decide emprender una minuciosa investigación. Mientras tanto, los métodos de exterminio ejecutados por Macario Amador se tornan cada vez más y más perversos, pues cuando algunas de estas viejas erráticas se encuentra en apuros, nuestro despiadado asesino de ancianas las atiende con cortesía, hablándoles dulcemente, como si al mirarlas a través de sus ojos negros se asomara en realidad el mismísimo demonio. Las viejas, confiadas, se dejan engañar por el joven empleado y son conducidas por los laberínticos pasillos del super hasta dar con las cámaras subterráneas, en dónde penden infelices toneladas de carne refrigerada. Una vez dentro, Macario Amador, armado con una pata de jamón ibérico, las golpea brutalmente hasta romperles la cabeza. Por su parte, Eximio Niebla, siguiendo una serie de pistas, llega a la conclusión de que el causante de dichas desapariciones tiene que trabajar en el mismo supermercado. Una noche, mientras veía uno de sus programas favoritos sobre crímenes, se le ocurre que la mejor manera para atrapar al responsable de las desapariciones será disfrazarse él mismo de viejecita. Vestido de vieja encorvada, acude en los días sucesivos al supermercado dedicándose a preguntar a diestro y siniestro a cada empleado hasta que todos terminan por odiarle, todos, a excepción de Macario Amador. “Es este el hombre que buscamos”, piensa Eximio, y con la mano sosteniendo el revolver hábilmente ocultado en un bolso que tomó prestado de su difunta madre, que era una viejecita egoísta y cabrona, sigue con cautela al asesino de viejas hasta los intrincados abismos del supermercado. Una vez dentro, Eximio no da crédito de lo que ve: cientos de viejas colgadas como reses de los oscilantes ganchos de las cámaras frigoríficas. Entonces se produce un forcejeo entre ambos, Eximio dispara por accidente y revienta a una de las viejas congeladas, con la mala suerte de que la bala rebota contra otro de los cuerpos y le hiere en una rodilla. Macario Amador, sorprendido por el ataque con arma de fuego, y armado aún de su rompe cráneos 100% ibérico, abandona las cámaras dispuesto a esconderse entre la maleza y las rocas que componen el paisaje de la sierra madrileña. Con los meses, Eximio Niebla se recupera y decide no volver a meterse en camisa de once varas, para regresar, con la cabeza bien alzada (eso siempre), a su puesto habitual de los casos de infidelidad doméstica. En cuanto a Macario Amador, con el tiempo, terminará adaptándose a la vida del salvaje, siendo su existencia algo más que un mero pretexto para pasar una noche divertida contando historias de miedo entre excursionistas y montañeros de la sierra, sino que pasará a formar parte de la cultura popular conocido desde entonces como el licántropo de Guadarrama.


1 comentario:

Antivorj dijo...

Tono serio, pero divertido; me lo he pasado muy bien leyéndote. La mejor parte el final. La peor parte: no lo escribí yo :(

Nota: Lo del detective y el asesino en serie es buenísimo. Me descojoné con lo de la vieja "cambada".
Saludo camarade